Impacto Frontal

El impacto frontal se produce a 64kph (40mph), el vehículo impacta frontalmente contra una barrera deformable descentrada. Las lecturas obtenidas a partir de los maniquíes se utilizan para evaluar la protección brindada a los pasajeros adultos que viajan en la parte delantera del vehículo. Cada auto es sometido a un impacto contra un bloque fijo al cual va sujeta una barrera de aluminio alveolar hexagonal deformable. Este impacto pretende simular el tipo más frecuente de colisión en carreteras que resultan en lesiones graves o mortales más elevadas. El impacto simula la colisión frontal entre dos autos de similar masa. Ya que la mayoría de los choques frontales involucran sólo una parte del frente del auto, el ensayo se calibra para replicar un impacto entre los vehículos a parte del ancho. En el ensayo esto se simula haciendo que el 40% del auto choque contra la barrera. El frente de la barrera es deformable para representar la naturaleza deformable de los autos. Se colocan dos dummies adultos que representan varones de talla media en el asiento del conductor y acompañante y dos dummies de niños, de 3 años y de 18 meses, en las sillas de retención infantil en el asiento trasero.
El contacto entre el pasajero y las partes intrusivas de la cabina de pasajeros representa la principal causa de lesiones graves y fatales, para pasajeros adultos sujetos con cinturón de seguridad. La velocidad del ensayo de 64 km/h representa los efectos sobre el vehículo en estudio de una colisión entre vehículos en la que cada uno viaja aproximadamente a 55 km/h. La diferencia en velocidad se debe a la energía absorbida por el frente deformable. La investigación en siniestralidad ha demostrado que esta velocidad de impacto cubre una proporción significativa de las colisiones graves y fatales. Al evitar la intrusión, se minimiza la probabilidad de que el pasajero impacte contra el interior del vehículo, quedando espacio para el efectivo desempeño del sistema de retención.
Latin NCAP promueve el diseño de vehículos cuya estructura y habitáculo, en donde viajan los ocupantes, se comporte de forma estable durante el choque, incluso en situaciones más demandantes que las representadas por la prueba de choque. La estabilidad estructural del habitáculo es considerada un elemento esencial para el correcto funcionamiento de los sistemas de retención.
Las bolsas de aire montadas en el volante o en el tablero constituyen una parte importante del sistema de retención del conductor. Latin NCAP promueve la confección de diseños que brinden a la cabeza y pecho del conductor y pasajero un soporte estable en relación a las bolsas de aire y en los que el contacto de la cabeza con las bolsas de aire no sea inestable. En el caso de un pasajero sujeto, las fuerzas de desaceleración, generadas en la colisión, se transmiten al pasajero a través del sistema de retención. Latin NCAP promueve la adopción de cinturones con pretensores, limitadores de carga y bolsas de aire de doble etapa, para contribuir a atenuar las fuerzas transmitidas al pasajero.
En la mayoría de los vehículos, el sistema de retención no puede evitar el impacto de las rodillas de los pasajeros contra la parte inferior del tablero. Latin NCAP promueve la remoción de estructuras peligrosas de las áreas contra las que pueden impactar las rodillas. Fuerzas de gran magnitud pueden lesionar las rodillas y transmitirse a lo largo de la pierna hacia la articulación de la cadera y la pelvis. Estas partes del esqueleto diseñadas para soportar peso son susceptibles de sufrir lesiones invalidantes graves y de largo plazo. Para minimizar las lesiones Latin NCAP promueve la reducción de los niveles de intrusión del área para los pies y un mayor control sobre el desplazamiento de los pedales.
Latin NCAP también incorpora en su análisis la variabilidad en edad, peso y género de los ocupantes.